CULTIVOS RENTABLES Y EN ALZA: CALÉNDULA

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Actualmente, aunque las plantas medicinales siempre han suscitado mucho interés y han sido muy apreciadas, se trata de un sector en alza, sobre todo en relación con la cosmética natural y los productos de higiene diaria, que se encuentran en auge. A pesar de que especies como la caléndula, a la que está dedicada esta publicación debido al amplio espectro de acciones farmacológicas que presenta, pueden encontrarse en estado silvestre a lo largo de diferentes regiones, dentro de la península, con el fin de hacer frente a la creciente demanda de este tipo de productos se ha vuelto imprescindible recurrir al establecimiento de cultivos, aumentando así los niveles de producción, sin comprometer la continuidad de las poblaciones naturales en los diferentes ecosistemas. Dado que el mercado está evolucionando hacia una búsqueda de productos naturales con los que poder sustituir determinados compuestos químicos, la rentabilidad de estos cultivos puede garantizarse a largo plazo. Dentro de las explotaciones agrícolas pueden plantearse diferentes modelos, dependiendo de si la planta va a venderse en fresco o si se implantará un sistema de secado, pudiendo llegar incluso a disponer de la maquinaria necesaria para la obtención del aceite esencial, de mayor interés.

  • Características generales

La caléndula (Calendula officinalis) es una planta aromática de porte herbáceo, perteneciente a la familia de las compuestos, de anual a perenne, más o menos pelosa y leñosa exclusivamente en las zonas basales. El tallo, de una altura entre los 20 y 50 cm, es erecto, difuso o procumbente y ramificado. Dado que su altura no es muy elevada, no es necesario limitar su desarrollo vertical como sucede con otras especies como el lúpulo, sobre el cual puede encontrarse una publicación en el blog. En los primeros estadios de desarrollo, la planta se encuentra conformada por una roseta basal de hojas, para posteriormente ir desarrollando paulatinamente los tallos angulosos y pubescentes, ramificados desde la base, con hojas en el extremo superior. Las hojas son alternas, simples, ligeramente dentadas, lanceoladas y vellosas, de color verde oscuro.

El sistema radicular presenta raíces de tipo fusiforme, conocidas también con el nombre de raíces pivotantes, cuyo crecimiento es vertical y de las cuales pueden brotar lateralmente otras raíces, que son las secundarias. La raíz principal es la encargada de mantener un buen anclaje en el suelo y su extensión se ve determinada por factores ambientales, como la sequía, que favorece su desarrollo en la búsqueda de fuentes de agua, que puedan suplir las necesidades de la planta. Asimismo, su tamaño viene también condicionado por el tamaño de la propia planta, de manera que su longitud es, como mínimo, la misma que la altura de la parte aérea. El principal problema que presentan surge en el momento del transplante, ya que al extraerse pueden provocarse daños, que desencadenen graves consecuencias para el posterior crecimiento, una vez establecida en el suelo de cultivo. En definitiva, se trata de un sistema capaz de alcanzar una gran profundidad, asegurando así la toma de nutrientes y agua, pudiendo explorar los diferentes horizontes del suelo.

Las flores se encuentran agrupadas en inflorescencias en capítulo de unos 3 a 5 cm de ancho, de color amarillo o anaranjado, lo que las hace muy vistosas. Son liguladas, lo que significa que tienen un pequeño tamaño, son hermafroditas, funcionalmente unisexuales o estériles (en ocasiones) y son zigomorfas, es decir, que no presentan simetría. Dependiendo de la variedad se pueden diferenciar entre dobles y sencillas. Durante el día permanecen abiertas, para después cerrarse al anochecer. Se trata de la parte con mayor importancia, debido a que es donde se encuentran los aceites esenciales y otros componentes químicos, de gran relevancia, como el ácido salicílico, ácido fenólico, flavonoides, carotenoides, taninos y un principio amargo, denominado calendulina, entre otros.

El fruto es un aquenio curvado, en cuyo dorso pueden presentar unas alas membranosas o púas, que alternan con otros cimbriformes más cortos. La definición de aquenio no es estrictamente correcta en este caso, siendo así un tema muy controvertido, puesto que derivan de un ovario ínfero bicarpelar, no de un ovario súpero monocarpelar, como corresponde al término.

  • Condiciones del medio

En primer lugar, en relación con la temperatura, cabe mencionar que se trata de una especie que precisa calor para crecer de manera óptima, prefiriendo zonas con climas cálidos o templados, en los que la producción de flores es mucho mayor. El punto más crítico, dentro del desarrollo de la planta es la germinación, que requiere unas temperaturas de entre 16 y 18 ºC. Por este motivo, la siembra directa debe realizarse al inicio de la primavera, pudiendo recurrirse a la preparación de semilleros, que pasarán el invierno protegidos en un invernadero, evitando los daños producidos por el frío. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que el transplante puede ser problemático, debido al tipo de sistema radicular que presenta. Aún así, puede tolerar temperaturas bajas e incluso heladas débiles, debido a su rusticidad. Necesita también un cierto grado de exposición al sol, pudiendo crecer en zonas de semisombra, aunque una ubicación soleada se traduce en un aumento del número de flores, que son el elemento más importante de la planta, ya que es la parte que se comercializa. Se recomiendan, por tanto, terrenos orientados en sentido norte-sur.

En cuanto a las precipitaciones, destacar que tiene una buena resistencia a la sequía, por lo que las necesidades hídricas no son muy elevadas, exceptuando momentos puntuales, como la germinación, durante la cual, en caso de que no se den precipitaciones, es necesario aplicar riego diariamente. Una vez completada esta etapa, las aportaciones hídricas se pueden espaciar hasta efectuarlas entre 2 y 3 veces por semana. Las flores son muy sensibles a la humedad y cuando las precipitaciones se dan tras la floración, estas se cierran, como sucede al anochecer.

Respecto al tipo de suelo, puede establecerse sobre cualquier tipo de sustrato, siempre que contenga unos niveles altos de materia orgánica, que pueden ser aportados por el agricultor antes de la siembra. Puesto que se trata de una especie que no tolera el encharcamiento, que además de producir asfixia radicular, favorece la proliferación de organismos patógenos, es clave que el suelo tenga un buen drenaje.

  • Manejo

La elección del sistema a implantar depende del balance hídrico de las plantas, que está relacionado a su vez con factores como el clima, la temperatura del aire, la insolación, la humedad relativa, la edad de la planta y el tipo de suelo, entre otros. En definitiva, en caso de que la planta demande más agua de la que puede encontrar en el suelo debe establecerse un sistema de riego. Dado que es imprescindible evitar un encharcamiento continuo del suelo para evitar que las raíces se asfixien, así como un aumento de la incidencia de determinadas patologías, los sistemas de riego más recomendados son el riego por goteo o microaspersión, que permiten un ahorro del agua, al ser utilizada de una forma más eficaz. Asimismo, disminuyen la aparición de especies adventicias en las calles entre plantas, al tratarse de un riego localizado. Además del secano y el regadío, existe otro modelo que es el riego deficitario, en el que se llevan a cabo aportes de agua de una manera más estratégica, en base a la fenología del cultivo, pero siempre con cantidades superiores a los 1.000 m3/ha/año. El objetivo de esta técnica es el de asegurar un nivel de producción alto con un consumo de agua inferior a los sistemas de regadío tradicionales. Las aplicaciones de riego deben efectuarse con mayor regularidad en momentos clave, como la germinación, tras la cual pueden espaciarse en el tiempo.

Una vez decidido el modelo que se va a implementar debe diseñarse el marco de plantación, punto determinante, ya que tendrá una gran influencia en el correcto desarrollo de las plantas. El marco generalmente presenta una separación de 45 cm entre hileras y 35-45 cm entre plantas de una misma línea, es decir, una densidad de 63.200 plantas por ha. Estas separaciones pueden reducirse, siempre y cuando no se comprometa en ningún momento el desarrollo de la planta al entrar en competencia con otra por los recursos.

  • Poda

La poda se lleva a cabo con dos objetivos principales, que son el mantenimiento de un desarrollo armónico y bien equilibrado, que asegura una incidencia uniforme de la luz solar en todas las partes; y la garantía de un equilibrio entre los niveles de producción y el desarrollo correcto del resto de la planta, así como en relación a la calidad de los frutos. En el caso de la caléndula, únicamente se lleva a cabo una poda, además de la de renovación en casos excepcionales, en la cual se retiran las ramas más viejas y marchitas, favoreciendo la emergencia de otras más nuevas. La poda de renovación, que se realiza en aquellas especies bianuales o perennes, como su propio nombre indica, es aquella en la que se corta la mayor parte de la planta cuando esta es muy vieja o sufre algún tipo de patología severa. No es conveniente realizarla de manera drástica, puesto que esto podría producir estrés.

Polilla de la col (Mamestra brassicae): aunque su nombre común puede llevar a equivocaciones, se trata de una plaga conocida por los daños severos que produce en una gran variedad de especies de plantas, entre las cuales se encuentra la caléndula. La polilla cuenta además con una amplia distribución geográfica. Cuando las condiciones son más favorables es posible que lleguen a darse dos o tres generaciones dentro un mismo año. Sin embargo, de no ser así, en las zonas de climas menos favorables puede limitarse a una. Durante el invierno se da una pausa en el ciclo, cuya duración es muy variable, desde 2 a 6 meses. De los huevos emergen las orugas, que pasan por 6 estadios diferentes de desarrollo, antes de llegar a la etapa adulta. Las polillas emergen durante los meses de mayo y junio de las pupas situadas en el suelo. Las larvas se alimentan de las hojas, dejando residuos en su superficie, lo que hace que se devalúe el valor comercial de la planta. Favorece además la transmisión de otras patologías.

Pulgones (género Aphis): clasificados como una de las principales plagas, puesto que llegan a afectar a una gran diversidad de cultivos. En cuanto a su morfología se establece que es muy poco variada. aunque tienen coloraciones más diversas, sobretodo amarillentas, verdosas y negras. Aunque su nombre común sea semejante al de las pulgas no tienen ningún tipo de relación a nivel taxonómico. En el caso de la caléndula, ocasionan diferentes daños, ya que por una parte se trata de insectos chupadores, es decir, que son capaces de extraer los nutrientes de la planta; y por otro, pueden alterar el balance existente entre las hormonas de crecimiento. Todo ello tiene como resultado un debilitamiento completo de la planta, lo que lleva asociado una reducción en los niveles de producción final. Asimismo, uno de los problemas principales que presentan es que actúan como vectores en la transmisión de diferentes patologías causadas por virus. Estas enfermedades producen una serie de cambios tanto a nivel fisiológico como bioquímico en la planta.

Moteado de las hojas (Entyloma calendulae): patología producida por un hongo patógeno basidiomiceto que conforma unas manchas redondas, a menudo ligeramente hinchadas, cuyo color va evolucionando desde tonalidades verdosas a más pardas, para finalmente convertirse en marrones. La aparición de estas manchas reduce la superficie de la hoja expuesta al sol, que se traduce en una disminución de la fotosíntesis y como consecuencia de ello una reducción del desarrollo de la planta. Esta circunstancia lleva a que se produzcan pérdidas económicas. La germinación de las esporas tiene como resultado la formación de basidios, que posteriormente darán lugar a hifas, tras el proceso de conjugación.

Oídio (Erysiphe spp.): conocido también con el nombre de blanquilla o cenicilla, debido a los síntomas que caracterizan su aparición. Se trata de una enfermedad criptogámica, es decir, una enfermedad producida por un hongo u otro organismo filamentoso parásito. La germinación de las conidias se da en épocas en las que las temperaturas son moderadas, en torno a los 21 ºC con unos niveles de humedad relativa elevados. Esto implica que los puntos de mayor riesgo son los meses de verano tras la aplicación del riego o en los días de tormenta. Al final del ciclo del cultivo, en los tejidos que han sufrido una afectación más severa es donde se da la reproducción sexual del hongo, formándose así las ascas, que son los órganos de conservación. El síntoma más común son unas pequeñas manchas blanquecinas circulares, cubiertas por un polvo plateado, que aparecen en hojas, brotes, tallos y conos, a medida que la patología se va diseminando por la estructura de la planta, dando un aspecto harinoso o algodonoso, formado por el micelio y los conidios. Provoca una reducción de la clorofila en las hojas, lo que lleva a una disminución de los rendimientos y la calidad de la cosecha.
Podredumbre gris o botritis (Botrytis cinerea): especie de hongo cuya mayor incidencia se da durante la primavera, coincidiendo con un aumento de las precipitaciones y una elevación de las temperaturas. En caso de que las condiciones no sean las óptimas para su desarrollo se mantiene en forma de esclerocios en los restos de la poda. Durante el invierno puede sobrevivir como saprófito sobre la superficie del suelo o materia orgánica muerta. Su transmisión se da a través del agua y el viento durante la floración y en épocas cercanas a la cosecha. Por este motivo puede establecerse que afecta sobre todo a los racimos florales y los frutos, que cubre con unas masas densas de polvo grisáceo proveniente de las esporas, dándoles un aspecto como si estuviesen momificados. Normalmente las partes viejas de la planta no se suelen ver afectadas. Los síntomas se manifiestan con un marchitamiento de las terminaciones de los brotes más jóvenes, que adquieren una coloración oscura, que puede alcanzar incluso la totalidad de la rama. Las flores afectadas permanecen largo tiempo en la planta.

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