PLANTAS ADVENTICIAS
Introducción
Las plantas adventicias, conocidas comúnmente como “malas hierbas” son aquellas plantas que se desarrollan en el suelo de cultivo sin que hayan sido plantadas por el agricultor, es decir, crecen espontáneamente. Son generalmente plantas de ciclos rápidos, anuales, ya que así pueden pasar la época más desfavorable como semilla, evitando tener que invertir materia y energía. Esta energía y materia se destina a la producción de semillas, de manera que cuando llega la etapa más desfavorable hay infinidad de semillas con capacidad para germinar, lo que le garantiza a la planta la posibilidad de colonizar nuevos espacios. Esta capacidad de colonización es aún mayor puesto que cada una de las semillas posee un elevado porcentaje de germinación, es capaz de conservarse durante largos periodos de tiempo y, en determinados casos, pueden germinar antes de haber alcanzado la madurez fisiológica.
Inconvenientes
Los inconvenientes que generan, como problemas en el crecimiento, labor y cosecha de los cultivos acaparan toda la atención, de manera que en muchos casos nadie llega a plantearse los beneficios que tienen en el agroecosistema. Entre estos beneficios se encuentran la cobertura del suelo disminuyendo la incidencia de los procesos de erosión mencionados en una de nuestras publicaciones previas, sirviendo como fuente de alimento para las abejas y fijando los excesos que pueden darse por aporte excesivo de abonos. Algunas de ellas también pueden ayudar en la lucha contra las plagas, puesto que resultan atrayentes para ellas, de forma que dejan de lado el cultivo, reduciendo de esa manera las pérdidas que pueden producirse como consecuencia de un fuerte ataque de una plaga determinada. Evitan a su vez pérdidas de nutrientes, puesto que pueden retenerlos, liberándolos cuando mueran, poniéndolos a disposición del cultivo. En relación con ello, cabe destacar la recuperación de nutrientes que ya se han perdido a grandes profundidades, debido a procesos de lixiviación, por parte de ciertas especies con raíces profundas.
Especies indicadoras
Además son plantas indicadoras, es decir, indican el estado en el que se encuentra el suelo de cultivo en función del grado de fertilidad, su estructura, el pH e incluso pueden aportarnos información sobre el contenido de nitrógeno. De esta forma, antes de poner en marcha procesos para reducir el número de plantas adventicias convendría realizar una observación de las especies que se pueden encontrar. Por ejemplo, en un suelo con una mala estructura se podrían ver determinadas especies como Equisetum arvense (cola de caballo) o Anthoxanthum odoratum (flor de flores). Si la estructura es buena habrá mayoritariamente Stellaria media (pamplina), Euphorbia sp. (bordiguera) o Galinsoga parviflora (albahaca silvestre). En el caso de un suelo con un pH básico podrían llegar a encontrarse Salvia pratensis (gallocresta), Viola tricolor (pensamiento salvaje) o Sinapis arvensis (mostaza de campo). Si el pH es más ácido se distinguirán Veronica officinalis (triaca) o algunas especies de jaras como Cistus ladanifer (ládano). Cuando nos encontramos ante un suelo rico en nitrógeno se observarían en el suelo especies como Urtica dioica (ortiga), Chenopodium album (cenizo), Amaranthus retroflexus (amaranto) o Senecio vulgaris (hierba cana), entre otras. Si por el contrario las concentraciones de nitrógeno son más bajas destacará la presencia de Alchemilla arvensis (pie de león), Alopecurus myosuroides (cola de zorra) o Tripleurospermum maritimum (matricaria marítima).
Entre sus beneficios también habría que mencionar su función como mejorantes, ya que determinadas especies pueden, por ejemplo, enterrarse en el suelo como abono verde, mejorando determinados aspectos del suelo para los siguientes cultivos.
Técnicas de control
Para que las hierbas adventicias no supongan un problema para el correcto rendimiento del cultivo debe existir un equilibrio entre el cultivo y las hierbas. Esto se puede conseguir mediante la implementación de una serie de prácticas, las cuales pueden dividirse entre culturales preventivas y directas.
- Prácticas culturales preventivas
- Rotación y asociación de cultivos: podéis encontrar en este mismo blog un post en el que quedan explicadas estas técnicas (enlace al post de Rotación de cultivos).
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- Laboreo del suelo: realizando tareas de laboreo a cierta profundidad favorece la desaparición de determinadas especies de adventicias. Para una mayor eficacia de esta técnica conviene ir variando las fechas de labranza.
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- Fertilización: al llevar a cabo aportes de estiércol o compost, se inician procesos de fermentación que terminan destruyendo las semillas de plantas adventicias.
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- Empleando especies autóctonas en los cultivos, puesto que estarán mucho más adaptadas al agroecosistema en el que nos encontramos, pudiendo ser de esa manera mucho más agresivas contra las especies competidoras.
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- Densidad de siembra: el tipo de siembra determinará el punto donde se localizarán las adventicias, de manera que pueden crecer entre líneas o en los límites del campo. Durante el primer tercio del proceso de desarrollo del cultivo es necesario mantener el terreno lo más libre posible para no dificultar el crecimiento.
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- Acolchado: realizar una cubierta del suelo mediante el empleo de diversos materiales. Este acolchado, que impide la incidencia de la luz del sol, favoreciendo la paulatina desaparición de las hierbas adventicias del suelo tiene otra serie de ventajas, como la preservación de la humedad, a tener en cuenta en zonas áridas o en aquellos lugares donde se quiera disminuir el consumo de agua para riego. Además protegen del aire y puede mejorar la estructura del suelo.
- Prácticas culturales directas
- Medios mecánicos: consiste en poner en marcha técnicas de laboreo cuya función consiste en envolver en la tierra o arrancar por completo las hierbas adventicias. Entre estas técnicas se encuentra por ejemplo la falsa siembra, en la cual se realiza una preparación del terreno como si fuese a sembrarse, dejando que las primeras plántulas de especies adventicias comiencen a desarrollarse, tras la germinación de las semillas, haciendo entonces una escarda para eliminarlas. Una vez hecho todo esto se puede iniciar el cultivo que se desee. Dado que tiene que hacerse previamente a la siembra es necesario tener una buena planificación.
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- Medios térmicos: se realizan únicamente cuando no es posible llevar a cabo una escarda de tipo mecánica. Estos tratamientos pueden realizarse en momentos muy concretos, puesto que existen cultivos poco resistentes a temperaturas demasiado elevadas, como ocurre con las zanahorias y la remolacha, de forma que una vez que las semillas hayan germinado, en el caso de estos cultivos, no se puede recurrir a estas técnicas.
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- Medios eléctricos: aplicación de corrientes de alto voltaje. Son técnicas que hasta el momento no están muy extendidas debido a su elevado coste.
Existen dos momentos claves, dentro del ciclo de desarrollo de estas plantas, para la aplicación de estas técnicas de control, que son el estado de crecimiento activo, en el cual la planta tiene una posesión de parte del terreno con las raíces y el estado de floración, cuando la composición llega a la máxima riqueza, tanto referido a variedad de sustancias como a la asimilación.
Puede establecerse, por tanto, que su mantenimiento en las fincas de cultivo tiene sus beneficios, pero es necesario llevar un cierto control con el fin de evitar una disminución de la producción. Desde Innovatione ponemos en marcha cualquier proyecto de control de plantas adventicias, evitando que pueda darse una competencia entre estas y las especies del cultivo.
[…] a una profundidad media mediante una labor de bina, lo que también ayuda a eliminar las malas hierbas […]