POLINIZACIÓN
Introducción
La polinización es el proceso por el cual se da una transferencia de polen de la parte masculina o el órgano reproductor masculino (estambre) de una flor hasta la parte femenina u órgano reproductor femenino (estigma), proceso clave para el mantenimiento de la viabilidad y la diversidad genética de las plantas con flor. De esta manera se logra la germinación y fecundación de óvulos de la flor, dando lugar a semillas y frutos, logrando una mejora de su calidad y cantidad, junto con una mejora de las características de la descendencia. La fecundación, genera que el pistilo de la flor se convierta en fruto, mientras que los óvulos se transforman en semillas.
Constituye un proceso de gran importancia para garantizar la supervivencia de los diversos ecosistemas terrestres naturales, así como vital para la continuidad de la producción de alimentos. En lugares de producción hortícola donde no se ha garantizado la polinización se ha observado un procesos de uniformizado del paisaje, asociado con una pérdida de biodiversidad.
Polinizadores
Es un proceso que puede llevarse a cabo de manera abiótica, si el transporte de polen es por el viento o el agua o de manera biótica, donde intervienen animales como vectores de transporte, entre los que se encuentran invertebrados, aves o mamíferos, que buscan encontrar recursos para su alimentación, desarrollo o reproducción. Las principales especies polinizadoras son abejas, mariposas, moscas, polillas, escarabajos y murciélagos.
Existen estudios que estiman que dentro del 90% de la polinización que ocurre en todo el mundo, el 67% es realizado por insectos, de manera que puede afirmarse que se tratan del grupo más importante de polinizadores, cuya actividad se ha podido demostrar en todo tipo de cultivos. Por todo ello, actualmente existen diversas líneas de investigación centradas en el estudio de la pérdida de estos organismos, así como de los servicios que proveen. Los polinizadores reciben también el nombre de agentes polinizadores o vectores de polinización. Existen flores que pueden ser polinizadas por diferentes vectores polinizadores, en cuyo caso reciben la denominación de especies generalistas, mientras que determinadas especies únicamente solo pueden ser polinizadas por determinados vectores, las cuales se conocen como especialistas. En cualquier caso, la polinización implica una serie de beneficios mutuos para la planta y el polinizador. El polen es un recurso de gran importancia, puesto que proporciona aproximadamente el 20% de carbohidratos, así como el total de proteínas. El néctar constituye el 80% de los requerimientos de azúcar, motivo por el cual es su principal fuente de energía. La calidad y composición en azúcares del néctar influye en las especies polinizadoras que forrajean en la planta, de manera que puede hacerse una clasificación entre plantas sacarosa-dominantes, fructosa-dominantes, glucosa-dominantes y un cuarto grupo de especies cuyo contenido está más balanceado en relación a estos tres azúcares.
Los agentes polinizadores poseen preferencias respecto a diferentes características de las flores. Existen estudios que parecen mostrar predilección por el color, de manera que, por ejemplo, las abejas y abejorros se ven atraídos por el color azul y el morado, mientras que los sírfidos prefieren el color blanco o el amarillo. También se han observado preferencias por las inflorescencias, así como por las flores simétricas, frente a las flores solitarias y las flores asimétricas. El olor floral constituye también un método de atracción de gran importancia, que consiste en una mezcla de compuestos químicos volátiles.
Tipos de polinización
En función de la procedencia del polen existen dos tipos de polinización. La polinización directa, autopolinización o autofecundación, en la cual el polen viaja desde las anteras de una flor hasta los estigmas de la misma flor, que a su vez puede subdividirse en autogamia y geitogamia. La autogamia ocurre cuando el polen proviene de la misma flor, mientras que en la geitogamia proviene de otra flor, aunque también de la misma planta. La polinización cruzada, por el contrario, es aquella en la que los granos de polen se transfieren hasta una flor de otra planta.
Este último tipo de polinización puede clasificarse, en función del agente polinizador en:
- Polinización entomófila: llevada a cabo por insectospolinizadores. Dentro de este grupo se encuentran los himenópteros (abejas, abejorros, hormigas y avispas), coleópteros (escarabajos), que poseen mandíbulas masticadoras con mucha fuerza, dípteros (moscas) y lepidópteros (mariposas y polillas). Los himenópteros prefieren plantas con grandes cantidades de polen y/o néctar, que se encuentre accesible. Los coleópteros actúan sobre flores cantarófilas. Las preferencias de los dípteros son flores de pequeño tamaño sin olor. Por último, los lepidópteros se decantan por flores grandes, con forma de tubo alargado, donde pueden acceder al néctar gracias a su característico aparato bucal.
- Polinización ornitófila: polinización cruzada realizada por la intervención de aves.
- Polinización zoófila: se da como consecuencia de la acción de animales polinizadores.
- Polinización anemófila: forma parte de la polinización de tipo abiótico, puesto que el agente que actúa es el aire o el viento. Se da fundamentalmente en coníferas o gramíneas, las cuales producen grandes cantidades de polen de peso reducido, de manera que puedan flotar con el viento. Estas especies suelen tener largos estambres y pistilos.
- Polinización hidrófila: producida por el agua, aunque no es un mecanismo muy extendido.
Existe también una polinización de tipo artificial, que se da debido a una intervención del ser humano, motivo por el cual se conoce también con el nombre de polinización manual. Se recurre a esta acción cuando existe una escasez de agentes polinizadores naturales en un cultivo agrícola o en circunstancias en que se desea evitar determinadas alteraciones en las características específicas de una planta. Para ello, se cubren las flores, evitando que lleguen otros agentes, tras lo cual se recoge el polen del estambre, trasladándolo hasta el estigma, cubriendo de nuevo la flor hasta que se de la fecundación.
La efectividad de la polinización por agentes bióticos puede evaluarse desde dos puntos de vida, teniendo en cuenta la comunidad inicial de polinizadores y sus interacciones con el cultivo y desde el punto de vista de la producción de frutos y semillas, siendo preferibles las primeras, puesto que en el segundo caso, existe una influencia de factores abióticos que también intervienen en el proceso polinizador y de producción.
Abejas y polinización
Las abejas son fundamentales en la polinización, puesto que el 87% de los alimentos que consumimos actualmente depende de ello. Sin embargo, en los últimos años se ha producido un alarmante declive del número de abejas, relacionado con un síndrome conocido como “síndrome de colapso de las colonias”. Entre las causas que lo desencadenan se encuentran factores como la pérdida y deterioro de los hábitats, el abuso de pesticidas y otros químicos con neonicotinoides y los monocultivos de grandes extensiones, que están asociados a una pérdida de biodiversidad. Por este motivo, resulta imprescindible iniciar una implementación de diversas técnicas que aseguren la conservación y protección de los polinizadores, como puede ser el caso del mantenimiento de una alta diversidad floral en las fincas, con especies ricas en polen y néctar, cuya disposición puede hacerse dentro de los cultivos o en los márgenes. Estas especies atraen polinizadores al proporcionarles un lugar de anidación y recursos alimenticios. Todo ello debe llevarse a cabo con los profesionales adecuados, de manera que no existan competencias entre las especies de cultivo y las bandas florales.
La ejecución de estas acciones debe realizarse con el respaldo de profesionales especializados, garantizando la ausencia de competencia entre las especies cultivadas y las bandas florales. En Innovatione, disponemos de un equipo de especialistas comprometidos con el asesoramiento en el ámbito agrícola, quienes pueden facilitar la implementación de programas destinados a favorecer la instalación de fauna auxiliar.